
Se apagan las luces y se encienden las noticias con la fatídica noche de Bataclan.
Aparece Ella en escena. Una ventana. En zapatillas usadas cómodas de estar por casa. Les habla, habla también la ventana y se escucha el timbre. Se cambia por unos zapatos y abre. Aparece Faruk... (@elhilaliayoub )
A lo largo de la conversación, Ella habla de los dioses de pequeñas cosas: el de la grieta del pasillo, el que no deja que se pierdan las hojas de los libros y, volvemos a las zapatillas, del Dios de las zapatillas viejas. Un Dios amable, que acompaña, que deja el mundo fuera cuando llegas a casa y cierras la puerta, que no juzga.
En una ocasión en una sobremesa larga en Comporta, ella, Cayetana, (@cayetanagc)me hablaba de lo mucho que echaba de menos a su padre, Fernando Guillen, muerto hacía pocos meses, y entre otras cosas reseñó que su padre nunca juzgaba. Se me quedó grabado. Hay cosas que olvido fácilmente pero otras soy capaz de recordar el momento exacto, lugar, y trasladarme en un milisegundo. Me ha recordado ese momento.
Resquebrajarse y no saber si caminar sobre las aguas o aprovechar para huir sobre ellas pero sobre todo no juzgar. Estar acompañado desde la amabilidad, en este mundo tan chiquito que tenemos... en estos momentos que hemos pasado y que si no se han aprovechado para algo sano mal vamos.
Id a ver a Cayetana. Está magnifica en la escena, y ese @elhilaliayoub inmenso siendo espejo en ocasiones, divertido a veces y maravilloso, un crack.
Gracias Caye por esa hora y media de disfrute absoluto. Que grande eres amiga, te quiero mucho.